Primero es importante mencionar
qué son y cómo se forman los huracanes, así como sus devastadores efectos
colaterales.
También es importante establecer
la relación del calentamiento global que repercute en el aumento de temperatura
de las aguas y profundizar en el fenómeno “Katrina” el más devastador huracán
de los Estadios Unidos y que, según muchos, “de haber existido categoría 6 en
la escala saffir-simpson, hubiera ocupado ese lugar”, lo que quedó más que
demostrado dejando, a su paso, más de 5000 muertos en la ciudad de New Orleans,
ahora hundida bajo el agua...
La máquina destructora comienza
su formación
Llamados "tifones" en
el Pacífico Occidental y "ciclones" en el Océano Índico, para la
formación de un huracán deben darse ciertas condiciones. Primero, que el agua de los mares bordee los
28 ºC, situación que se da tras varias semanas en que el sol ha calentado los
mares de los trópicos. Si a esto añadimos un segundo factor, la perturbación
atmosférica de una onda del este desde África, que combine los vientos cálidos
provenientes del desierto del Sahara y las aguas frías del Golfo de Guinea,
tendremos la energía suficiente para hacer “girar” al huracán en su fase
inicial.
El calor de los océanos está
escondido. Cuando el agua cálida se evapora en el aire, se eleva, se condensa
en la atmósfera para generar lluvia, entonces el calor almacenado en el agua es
traspasado y liberado en la atmósfera, gracias a las perturbaciones tropicales.
Esta liberación de energía produce más viento, que a su vez evapora más agua,
creando más nubes y lluvia, liberando energía calórica. El huracán es una
máquina atmosférica y, al igual que un motor, convierte la energía calórica en
movimiento.
Las huellas del Huracán
Un huracán no es más que una
tormenta tropical con vientos que han alcanzado una velocidad constante de 120
Km/hora o más. Los vientos huracanados giran en una gran espiral en torno de un
centro conocido como el "ojo". El "ojo" tiene alrededor de
11 Km. de ancho, aunque la tormenta puede extenderse hasta 650 Km. El centro u
ojo del huracán está en calma. La actividad más violenta tiene lugar en el área
inmediatamente alrededor del ojo, que se llama pared del ojo, pues la mayor
parte del aire es propulsado hacia fuera, lo que incrementa el movimiento ascendente
del aire.
Todos los años, el Atlántico
tropical, tiene los ingredientes necesarios para la formación de huracanes
entre el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, aunque el clímax de la estación
ocurre entre agosto y septiembre, período en que los ciclones llegan a las
costas de EEUU y el Caribe. A medida que los vientos aumentan, la presión
ejercida contra los objetos se multiplica con el cuadrado de la velocidad del
viento, de modo que un aumento triple en la velocidad del viento equivale a un
aumento de nueve veces en la presión.
Cuando un huracán se aproxima,
los cielos empiezan a oscurecerse y la fuerza de los vientos aumenta. A medida
que el huracán se acerca a tierra, produce lluvias torrenciales, vientos
fuertes y marejadas ciclónicas. Alrededor de su núcleo, los vientos aumentan
con gran velocidad, generando violentas marejadas. Al acercarse a tierra, hacen
que el océano se retraiga, generan tornados y lluvias torrenciales e
inundaciones que agravan la destructividad de la tormenta.
Todavía más peligrosa que los
vientos fuertes de un huracán es la marejada ciclónica, un aumento anormal en
el nivel del mar que puede tener 6 metros de altura en su punto máximo y de 84
a 160 kilómetros de ancho. La marejada puede devastar las comunidades costeras
al acercarse a tierra. Nueve de cada 10 muertes ocasionadas por huracanes se
atribuyen a la marejada ciclónica. Su efecto destructivo es mayor cuando la
marejada ciclónica ocurre durante la marea alta y, en consecuencia, suele ser
responsable de la mayoría de las muertes relacionadas con el huracán.
Los huracanes también producen
tornados, que agravan el poder destructivo de este fenómeno y es proporcional
al tamaño de éste. Mientras mayor sea la intensidad del huracán, mayor será la
amenaza de tornado. Cuando un huracán lleva sus vientos tierra adentro, el aire
en rápido movimiento golpea el terreno y las estructuras, ocasionando así una
convergencia de fricción que fortalece el levantamiento, esto es un factor que
contribuye a la formación de tornados durante un huracán. De hecho, es tal su
poder destructivo que el 10% de las muertes en los Estados Unidos que están
asociadas con huracanes son el resultado de los tornados.
"Katrina", el más
destructivo
El huracán Katrina fue el más
destructivo en la historia de Estados Unidos, según la Administración Nacional
de los Océanos y la Atmósfera, llegando sus vientos hasta los 280 kph. Katrina
fue la undécima tormenta con nombre de esta temporada, y tocó tierra por
primera vez en Florida el 25 de agosto como huracán de categoría 1. Se reagrupó
rápidamente una vez que se desplazó hacia el oeste, sobre las aguas cálidas del
Golfo de México, retomando su fuerza.
Los cálculos efectuados hasta
ahora indican que Katrina causó en la zona del Golfo de México al menos 125.000
millones de dólares en daños y podría costar a las empresas de seguros 60.000
millones de dólares, cifra muy superior a los daños causados en 1992 por el
huracán Andrew, que causó casi 21.000 millones de dólares en pérdidas.
Fuentes:
MIAMI HERALD
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