Contaminación Lumínica, una amenaza latente

El problema de la contaminación en el mundo es paralelo a la modernidad, los procesos tecnológicos y el desarrollo de las ciudades que, cada vez, demandan más agua y energía. Si a esto agregamos, el desarrollo urbano, aparecen los problemas de contaminación acústica y lumínica en las ciudades, y con ello, la amenaza real del patrimonio de nuestros cielos en la llamada capital mundial de la Astronomía.

En el año mundial de la Astronomía y siendo la cuarta región uno de los centros mundiales de esta ciencia y poseedora de los “mejores cielos del mundo” para la observación astronómica, desde hace casi 40 años que en la zona se emplazan varios de los observatorios astronómicos más importantes del mundo. Junto con ello, el auge que ha adquirido la astronomía a nivel educativo, potenciando el turismo astronómico en la zona para los aficionados de esta ciencia.


Tanto las decenas de científicos chilenos y extranjeros que trabajan en los Observatorios La Silla, Las Campanas y Tololo, así como los turistas aficionados requieren de un cielo limpio y despejado para poder contemplar cúmulos, galaxias, nebulosas y estrellas, entre otros cuerpos. Sin embargo, aunque se ha estado trabajando en ello, el problema radica en que la iluminación de ciudades como La Serena y Coquimbo refleja gran cantidad de luz y esto dificulta el estudio de cuerpos celestes. En el firmamento, y trae consigo una amenaza llamada contaminación lumínica.

¿Qué es la contaminación lumínica?
Llamamos contaminación lumínica al brillo o resplandor del cielo nocturno, producido por la difusión de la luz artificial. Como resultado, la oscuridad de la noche disminuye y desaparecen progresivamente la luz de las estrellas y los demás astros. Por lo tanto es toda aquella luz que no es aprovechada para iluminar el suelo y esto sucede por dos razones: porque el haz luminoso no es dirigido hacia abajo, o bien porque la radiación luminosa es de una longitud de onda que el ojo humano no percibe.

La luz que escapa al cielo es dispersada hacia el haz del telescopio por moléculas o polvo en la atmósfera. Existe una multitud de caminos por los cuales la luz puede dispersarse por la línea de visión, sin que necesariamente haya una ciudad directamente visible desde el observatorio, pero aún así se genera un resplandor significativo. Si la luz dispersada procede de luminarias con ancho espectro de emisión, el efecto es mucho peor, porque las radiaciones luminosas de aquellos astros que tengan idéntica longitud de onda dejan de ser visibles.

Efectos
Incremento de las cuentas de consumo de electricidad: de los Municipios que pagan los ciudadanos con sus impuestos. El costo de la energía perdida, unido al mantenimiento y amortización de los miles de luminarias instaladas en las calles, asciende a millones de pesos anuales. Estos dineros podrían utilizarse en otros servicios.

Aumento en la generación de energía: por las centrales hidroeléctricas y térmicas del país, lo que implica una mayor emisión de CO2 a la atmósfera aumentando el problema del calentamiento global del planeta.

Efecto contaminante: producido por residuos tóxicos de las lámparas usadas, especialmente las de vapor de mercurio (se desconoce la cantidad de mercurio eliminada a los vertederos de nuestro país procedentes de las lámparas).

Inseguridad vial: Encandilamiento y pérdida de visibilidad de los conductores y peatones, aumentando la probabilidad de accidentes.

Inseguridad ciudadana: La mala iluminación, en especial debido a luminarias mal ubicadas, produce pozos de luz y sombra que permite que se escondan los malhechores.

Efecto medioambiental: sobre la vida de los animales, sobre todo los pájaros, que huyen de nuestras ciudades.

Efecto sobre el ritmo biológico de las personas: Los ritmos de vigilia y de sueño son los más afectados por la exposición a la luz, trastornos de la personalidad, insomnio, depresión y estrés se incrementan por un uso inadecuado de iluminación.

Efecto sobre el cielo: Pérdida para nosotros y nuestros hijos de la visión del cielo estrellado.

¿Cómo Afecta a la Astronomía?
La causa principal de la contaminación lumínica es el uso de luminarias que no tienen pantallas correctamente diseñadas y desvían la luz hacia el cielo por encima del horizonte. Sin embargo, la utilización indiscriminada de luminarias tipo globo, la falta de control sobre iluminación decorativa en edificios, los anuncios publicitarios mal iluminados y el uso de lámparas de vapor de Mercurio (LVM) son altamente nocivas para el buen desarrollo de la observación científica.

En la astronomía moderna se libra una constante lucha para detectar y observar galaxias a los niveles más tenues posible. Con la presente generación de telescopios de más de 4 metros, todos ellos equipados con sensibles detectores electrónicos, es posible observar objetos que están 250 millones de veces más distantes que las estrellas más lejanas que pueda distinguir el ojo humano.

Estas observaciones permiten detectar galaxias que se encuentran a más de 10 mil millones años luz y, debido a que la velocidad de la luz es finita, podemos ver estas galaxias tal como eran cuando el universo tenía un tercio de su edad actual. A través de estas mediciones los astrónomos pueden determinar el origen, estructura y eventual futuro del universo. Para llevar a cabo exitosamente estas observaciones, los astrónomos necesitan grandes telescopios, detectores sensibles y de los cielos más oscuros, pues las estrellas y galaxias más tenues son cuarenta veces más débiles que la emisión natural del cielo nocturno.

Solución
La solución al problema de la contaminación lumínica es mandar la luz para hacia el suelo, que es donde se necesita. Esto disminuye el encandilamiento, proporciona una iluminación más pareja y ayuda a preservar los cielos oscuros.

A nivel individual se puede disminuir la contaminación evitando mantener encendidas las luces cuando no sea necesario, usar lámparas de bajo consumo (fluorescentes compactas). A nivel colectivo, medidas como regular la contaminación lumínica dentro del marco de la "Norma de Emisión para la regulación de la Contaminación Lumínica" y promover el uso de energías alternativas, reducción de la iluminación en el alumbrado de monumentos, eliminar obstáculos a las luminarias, debido a ramas y el follaje, aprobar reglamentos de control de futuras instalaciones y diseñar planes de remodelación de las actuales, además de de información ciudadana con un carácter didáctico y sensibilizador, ayudarán a preservar el desarrollo óptimo de esta ciencia en la región y también del turismo astronómico, lo que trae consigo, buenas ganancias económicas.

Fuentes:
nternational Dark Sky Association

Comentarios

Claudia Boniche ha dicho que…
Me parecen interesantes sus ideas, señorita Maritza.
Unknown ha dicho que…
Me parece bastante interesante tu propuesta Maritza. Creo que es un tema poco intervenido a nivel comunitario, casi ignorado, y que es de mucha importancia. Pienso que las municipalidades, de las ciudades comprometidas en esta problematica, deberian poner mayor enfasis en rediseñar sus sistemas iluminarios. No se trata de tener una ciudad en penumbras; mas bien, tal como tu planteas, es dirigir y administrar la iluminacion de la forma más eficientemente posible. Al fin y al cabo seria un proyecto en beneficio de todos.