Cada vez se hace más urgente y necesaria la sustitución de los combustibles fósiles por una fuente de energía renovable y limpia.
Desde hace más de 10 años, gobiernos y centros de investigación de todo el mundo han estado revisando el tema. Recientemente, la Universidad de Stanford clasificó los sistemas de energía según sus repercusiones en el calentamiento global, la contaminación, la agricultura, flora y fauna.
En base a este estudio realizado por Mark Jacobson y Mark Delucchi, las opciones más limpias son la energía eólica, la energía solar, las energías hidráulica y mareomotriz, seguida por la energía geotérmica. Esto se abrevia conjuntamente como Proyecto VAS, haciendo alusión a los principales elementos: viento, agua y sol.
Ante esto, la pregunta sería ¿Es viable transformar los sistemas de producción energética en el mundo? ¿Se puede hacer esto en 20 años?
Si bien es cierto que el VAS requiere de millones de turbinas eólicas, máquinas hidráulicas e instalaciones solares, lo que demanda un alto costo económico, hay otros factores como las tecnologías a implementar, las negociaciones políticas y la disponibilidad de los materiales críticos, que inciden en el tema.
El VAS podría suministrar energía eléctrica para generar calor y el transporte. Las industrias deberán reformarse a fondo. Se sustituirán las calefacciones de combustibles fósiles por sistemas eléctricos. Así también, el hidrógeno producido con la electricidad del agua del proyecto VAS, obtenido a partir de la electrólisis, sería usado en los aviones, las industrias y pilas.
El plan de los autores del VAS requiere 3.800.000 turbinas eólicas y 90.000 plantas solares, además de instalaciones geotérmicas, mareomotriz y fotovoltaicas.
Cabe señalar que la energía que hoy consumimos como habitantes del planeta, es muy inferior frente a las reservas de energías eólica y solar disponibles, los obstáculos para empezar a hacer de la tierra un planeta sostenible se basan en la carencia de algunos materiales singulares y, muchas veces, la falta de voluntad política.
El problema
Algunos materiales a ser empleados en VAS podrían ser una amenaza. Si bien el hormigón y acero para construir turbinas no es problema puesto que se reciclan, algunos metales como el Neodimio (cuya principal fuente de abastecimiento está en China), obligaría a reestructurar las negociaciones económicas.
Así también, las baterías de litio que se requieren para fabricar los millones de vehículos eléctricos, requieren del preciado elemento, y cuyas reservas mundiales se encuentran en su mayoría, en Chile y Bolivia. La escasez de este elemento podría suponer elevados costos ante la demanda, sino un plan de reciclaje para el mismo.
Por otro lado, el proyecto VAS requiere que cada país esté dispuesto a invertir en sistemas de transmisión de energía hacia su territorio, incluso a las zonas más remotas.
Para los científicos creadores del proyecto VAS, un sistema de producción de energía eólica, solar e hidráulica a gran escala, puede proveer las necesidades que hoy tiene el planeta y mejorar la calidad de vida, la calidad ambiental y la disminución considerable del calentamiento global.
Para ellos es necesario un liderazgo claro de los países, para que no se continúe ensayando con tecnologías promocionadas por las industrias, sino aquellas recomendadas por al comunidad científica.
Fuente: Artículo completo en “Revista Investigación y Ciencia”, Enero 2010
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