De estacionar el vehículo en lugares indebidos o destinados a otras personas...
De sentarse en el asiento preferencial del metro cuando no se debe...
De no respetar la fila y el turno, pasando a llevar a las personas que esperan antes que usted...
De subir las escaleras mecánicas en el mismo peldaño dos personas conversando y obstaculizando el lado izquierdo, que debería estar liberado para quienes suben rápido...
De permitir que los niños corran y jueguen dentro de un restaurante, con el consiguiente riesgo de accidente que puede ocurrir (y que han ocurrido)...
Dejar las bicicletas que se alquilan por minutos tiradas en cualquier parte...
De robarse el papel higiénico de baños públicos o lugares masivos...
De poner la música o el televisor a todo volumen en un lugar donde interactúan diversas personas, asumiendo que todos quienes están presentes deben oírla...
De no tirar la cadena del baño del mall, restaurante, aeropuerto y/o terminal después de usarlo...
De llevarse lo que no es suyo, en algún lugar...
De pedir prestado y no devolver (en iguales condiciones)...
De hacerse el tonto, no responder o alejarse de alguien a quien le debe dinero....
.... Y tantas otras cosas.
Es que muchos y muchas no entienden que el espacio propio termina donde empieza el de otra persona. Es decir, cada uno tiene su metro cuadrado y el respeto es el elemento fundamental para la sana convivencia, así también es fundamental saber dar la cara y tener la decencia de dar explicaciones o pedir disculpas, gracias y permiso cuando corresponda.
Cosas que a algunos nos parece tan normal y cotidiana, para otras personas no lo son. Son normas mínimas de buenas costumbres y nunca está demás decirlo. Que a cada quien le quede el poncho como considere.
Comentarios