El DIRCOM, un estratega clave en el quehacer organizacional


Ante este nuevo panorama corporativo, incorporar a un especialista en diseñar, dirigir y velar por el adecuado funcionamiento de estos intangibles, así como de los lineamientos político-comunicacionales de una organización es de suma relevancia para la consecución de los objetivos que una empresa y/o institución se plantea.

Es importante entonces que este profesional sea un estratega con sólidos y profundos conocimientos en los diversos ámbitos de la comunicación y que por otro lado, tenga la capacidad de actuar como asesor de la alta dirección y al mismo tiempo, liderar equipos de trabajo.

Joan Costa, considerado uno de los más importantes exponentes en materia de Comunicaciones Corporativas y Estratégicas hoy en el mundo, define al Director de Comunicaciones (Dircom) como un “estratega, generalista y polivalente” al plantear que sus funciones van mucho más allá de la gestión de medios y los gabinetes de prensa; se requiere de un “arquitecto” que construya y gestione la imagen corporativa y dirija los puentes comunicacionales con el entorno.


En otras palabras, esto significa desarrollar y gestionar la comunicación interna y externa de la empresa, construir la comunicación institucional, gestionar la marca e imagen corporativa, abordar la comunicación en periodo de crisis, promover el impulso de la cultura corporativa, coordinar las relaciones institucionales, apoyar la organización de eventos y velar por el buen funcionamiento de intangibles ya mencionados en el primer párrafo.

Visto desde esta perspectiva, el profesional –o la profesional– que ejerce el rol de Director de Comunicaciones es entonces, un estratega especialista en diferentes ámbitos de la comunicación y no un(a) vocero -salvo que actúe como portavoz institucional-. Es también un creador que define la política y la estrategia de comunicación, el modelo de imagen y es el asesor directo de la cúpula organizacional y la alta gerencia, debiendo participar en la toma de decisiones tanto a nivel interno como externo.

Definir la política comunicacional y hacer de la organización un ente más competitivo, mejor reputado en su imagen y con notoriedad de marca entre sus stakeholders es uno de los principales objetivos que debiese perseguir un Dircom. De esto depende en gran parte, la credibilidad y cercanía que tenga una organización con su entorno.

La comunicación debe ser estratégica y generar valor a la organización, independiente del tamaño o la naturaleza de esta. La comunicación debe diseñar contenidos, analizar mensajes y ser altamente efectiva y coherente con las audiencias y con los públicos a la cual se dirige.

No es menor entonces, el papel fundamental que implica la figura de un Director de Comunicaciones y aún, en estos tiempos, no todos relevan su quehacer al mismo nivel de un área de ventas, de marketing o finanzas.

Ser Dircom implica ser un profesional experto llamado a coordinar e integrar todas las herramientas de la comunicación, alineando las políticas organizacionales, fortaleciendo la buena reputación corporativa y generando notoriedad en nuestros stakeholders y por ende, requiere de sólidos y profundos conocimientos en el ámbito de las comunicaciones, así como de un perfil directivo capaz de liderar equipos, negociar, persuadir y resolver conflictos, así como de detectar oportunidades y tener una visión proactiva, entre otros.

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